lunes, 17 de junio de 2013

Midiendo mi corazón

Una vez soñé que me hacía gigante,
que me hacía mayor por así decirlo.
¡No veáis que susto!
Una vez soñé que vivía entre gigantes,
que era demasiado diminuta para cualquier cosa,
para cualquier lugar.
¡Cómo grité para que me escuchasen!
Dicen que los sueños son una mezcla de recuerdos,
que ni si quiera recordabas,
mezclados con algo de imaginación.
No me lo creía, para nada.
¿Quién va a saber que son recuerdos que ni si quiera recuerdas si no los recuerdas?
¿Quién el mago que hace desaparecer un conejo?
Pobre conejo.
¿A qué cruel lugar lo hará aparecer?
Bueno a lo que iba,
Que no me lo creía,
hasta que claro.
Cómo siempre llegaste tú y pusiste mis pensamientos boca arriba.
Aprovechando que tenía el ombligo al revés
Y demasiada sangre en mis mofletes rojos.
Llegaste y me besaste.
A dos manos.
Acariciando mis mejillas sonrojadas un nivel más rojizo.
Me sentí diminuta entre tus manos,
Pero al sonreírme
sentí mi corazón enorme.
Bombardeando mis costillas,
intentando escapar de mi para llegar a ti.
¡Fui gigante y fui diminuta!
Y ojalá lo fuese siempre.

Ojalá contigo siempre.

lunes, 10 de junio de 2013

Altamente especial


¡Claro! Me llenas el corazón de recuerdos
mientras te espero en las cuatro esquinas de mi colchón.
Me llenas el mundo de pájaros
mientras me cantas que te vas una vez más.
Me dices que te encanta verme de salmón,
con los mofletes rojos,
mientras me pellizcas el alma
 hablándome de que es mejor despertar y avanzar.
Dime si sigo siendo especial.
Sé que soy especialmente triste,
pero qué le voy a hacer si cada copa de vino lleva tu perfume.
Y ¡claro! vuelvo a empezar.
Empiezo bajando a aquella playa,
de noche, paseando por el camino de madera.
Esta vez me mancho los pies de arena,
no te tenía para que me alzases en volandas.
En tus brazos fui especialmente feliz. 
En tu pecho fui especialmente yo. 
En tus oídos fui especialmente tímida.
Fui el yo qué sé especial de una sonrisa bonita. 
¡Si sólo tuvieses la sonrisa bonita, todo sería más sencillo!
¿Qué me dices de tu alma?
Que me tiene enganchada a los recuerdos,
a tu piel suave y tus achuchones.

Que despertarme contigo sería lo segundo mejor del día,
lo primero sería haber terminado la noche contigo. 

jueves, 6 de junio de 2013

Lléname al llegar.

A mi llégame montado en verdades
 en un día de baja niebla,
con un ramo de rosas blancas.
¡Ay! Llégame queriéndome ya mucho,
con el miedo en la basura
y los poemas en la manga de la camisa.
Si quieres,
 llégame con el pelo revuelto,
 pero con las ideas ordenadas.
Llégame un Lunes
con intenciones de
salvarme
del resto del día.
Llégame al corazón pasando por la razón.
Si hace falta,
Llégame en pijama,
con el corazón desabrochado
Y la cabeza nerviosa.
Llégame como todos los días.

Pero llégame.

martes, 4 de junio de 2013

Tan puta como santa

Dicen que la vieja loca del tercero,
es una monja que supo encontrar su fé en la cuarta esquina de la avenida.
Dicen que se levantaba la sotana hasta hacer visible su teta blanca;
por solo un ‘ave maría hazme tuyo’.
Por sólo, un Marco Polo con intención de cruzar algo más que su estrecho mar.

Dicen que ella solo buscaba algo por lo que sonreír.
Y de paso, unos cuantos labios que la hiciesen llegar al cielo.

Llevaba su lencería más fina, bajo cuatro pesados manteles.
Malgastaba su estilo pisando sobre unos 17 centímetros baratos,
Que por cierto no le pertenecían.
Ni los tacones ni su vida eran suyos.
Pero qué más da eso ahora.

Si pudo resbalar por sus pantalones cada mes.
Un regalo que no podía rechazar – exclamaba entre rezo y grito, en intento de excusa.
Y que como todos, haría cualquier cosa por mantener.
¡Qué irónico!
Una santa gimiendo guerra a quien se escondía bajo esos Levis.
Una puta intentando enamorar.
¡Pero qué tonta fue, y que loca se volvió!
Qué loca se volvió cuando tuvo la necesidad de escribir por y para él.

Y ahí sigue, sin follar, lamiendo heridas del pasado,
escribiéndole a Dios sabe que payaso de circo.

Algo loca,
algo puta
y algo santa,
según tenga los recuerdos de húmedos.


Todo por un polvo al mes.

sábado, 1 de junio de 2013

¡Poetas, escuchen y callen de una vez!

Callen poetas y dejen hablar al amor.
Que de esos labios deben salir palabras que aún no naufragaron de aquel pobre corazón.
Un corazón conocido como ‘cariño’, hace ya bastantes lluvias.
Callen y capten el amor en su mejor momento;
puesto que si uno no expresa sentir alguno,
no logrará dejar de sufrir sintiendo.