sábado, 20 de octubre de 2012

Emociones robadas de una Navidad que está aún por llegar

Mientras me termino aquella media sonrisa, me pido un descafeinado de sueños. Es entonces, cuando mi ilusión, de hace meses, entra a la cafetería. Continúa cargada con aquella carpeta roja, repleta de promesas rotas que alguna vez tuve el gusto de conocer; historias pasadas basadas en demasiadas lágrimas. Aquel día, intenté colar alguna risa dentro de ese atasco de papeles falsos. Fue imposible. "Demasiado fácil" me susurró, "los buenos momentos no se regalan; esos querido, se viven. Una y otra vez." Tan sabia como atractiva. Cada segundo compartido con ella tenía un valor diferente al resto; no sabría formularos el porcentaje exacto. Puede que no os lo creáis, pero hubo una vez en el que mi perfume eran sus abrazos. Invertí mis mejores días del mes con ella, de la mano, paseando desde el estanque de "todo saldrá bien" hasta llegar al pub "te mereces a alguien mejor que yo".

Eso es lo que hago desde entonces. Vivo en busca de aquella chica que me merezco. Paseo por sus calles esperando a esa que una vez me invitó a ese café cargado de sentimientos con la excusa de "necesito hablar con alguien". Esta vez, prometo no volver a intentar colar ninguna risa fácil. Esta vez, guardaré tus inquietudes en la carpeta; te cogeré de la mano y viviremos las emociones de una Navidad que está aún por llegar. Las mismas que me han sido arrebatadas.








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