jueves, 25 de octubre de 2012

Me propuse ser más Sancho Panza que Don Quijote

Tal vez sea eso lo que me reconcome sin parar. Tal vez, este día de otoño, me haya dado cuenta de las muchas sonrisas que malgasté, de todas aquellas noches en las que volví a retocar mis labios de aquel rojo carmín. Tal vez no logre rimar cuánto te quiero con lo poco que me necesitas; nunca se me dio bien componer sobre nosotros. Dos desconocidos que se encontraron a simple vista entre toda la multitud, aquella misma tarde que dábamos toda nuestra vida por robada. Robada por dejar la puerta abierta en un barrio peligroso.

 Fueron demasiadas copas las de aquella noche; demasiados besos con sabor, olvidados por neuronas resacosas. La realidad se desvaneció con cada trago que intentaba recordar. Me gustaron todas aquellas sonrisas que nos provocamos bajo la luz de aquel cigarro; fue tal la energía que provocamos una sobrecarga de emociones. 

Puede que no recuerde todo lo que nos dijimos. Puede que me ofrecieses una escapada a las montañas nevadas y no la recuerde. Debo confesarte que hace un tiempo me propuse olvidarme de todo aquello que no me fuese a servir. Me propuse terminar con todo el ruido que vivía dentro de mi, me propuse ser más Sancho Panza que Don Quijote; y tú querido fuiste un espejismo de mi felicidad. Por ello no recuerdo y por ello soy feliz. Logré cambiar, algo inverosímil en el ser humano.

sábado, 20 de octubre de 2012

Emociones robadas de una Navidad que está aún por llegar

Mientras me termino aquella media sonrisa, me pido un descafeinado de sueños. Es entonces, cuando mi ilusión, de hace meses, entra a la cafetería. Continúa cargada con aquella carpeta roja, repleta de promesas rotas que alguna vez tuve el gusto de conocer; historias pasadas basadas en demasiadas lágrimas. Aquel día, intenté colar alguna risa dentro de ese atasco de papeles falsos. Fue imposible. "Demasiado fácil" me susurró, "los buenos momentos no se regalan; esos querido, se viven. Una y otra vez." Tan sabia como atractiva. Cada segundo compartido con ella tenía un valor diferente al resto; no sabría formularos el porcentaje exacto. Puede que no os lo creáis, pero hubo una vez en el que mi perfume eran sus abrazos. Invertí mis mejores días del mes con ella, de la mano, paseando desde el estanque de "todo saldrá bien" hasta llegar al pub "te mereces a alguien mejor que yo".

Eso es lo que hago desde entonces. Vivo en busca de aquella chica que me merezco. Paseo por sus calles esperando a esa que una vez me invitó a ese café cargado de sentimientos con la excusa de "necesito hablar con alguien". Esta vez, prometo no volver a intentar colar ninguna risa fácil. Esta vez, guardaré tus inquietudes en la carpeta; te cogeré de la mano y viviremos las emociones de una Navidad que está aún por llegar. Las mismas que me han sido arrebatadas.








domingo, 14 de octubre de 2012

Soñemos despiertos esta noche

- ¿Aún estas despierta?

- Así es.

- ¿No puedes dormir?

- No es que no pueda, es que no sé si quiero. Tengo miedo a soñar.

- ¿A soñar? Es imposible tener miedo a soñar.

- Es posible. Sé que si duermo, y sueño contigo, todo cambiará. Todo de lo que una vez escapé me atrapará. Volveré a ser la niña miedosa.

- ¿Por qué? No te comprendo.

- Significa que si sueño contigo será porque te necesito más de lo que me imaginaba. Significa que me estaré enamorando de ti. Que tendremos que dejar de jugar; tendremos que empezar a tomárnoslo en serio. El corazón es un instrumento demasiado frágil como para andar a lo loco con él.

- Tienes razón, es demasiado arriesgado que duermas. Ven aquí, yo te protegeré. Porque ¿sabes? A mi también me da miedo decirte lo mucho que te quiero.

sábado, 13 de octubre de 2012

Rompecabezas

Mis lágrimas ya no son de aquel negro oscuro. Mis labios no reparten copias. Mis risas necesitan acreditación para ser escuchadas. Todo lo que yo fuí se quedo allí, lejos, tan lejos que no sabría guiarte desde aquí.
Me cansé de malgastar mis pasos persiguiendo tus huellas. Me cansé de intentar conquistar sonrisas conquistadas. Creí que jugabamos a enamorarnos; juntos, casilla a casilla. No eramos tan diferentes, al anochecer, los dos dabamos vueltas entre las sábanas; yo las daba pensando en ti, mientras tú te las dabas con ella. No era la primera vez que tus zapatillas se perdían entre sus tacones. Mis palabras, desubicas, intentaban resolver la situación. Fue entonces cuando mis auriculares me hicieron escuchar la realidad que pronunciaban tus miradas.
Eras ese alguien que solía conocer; ahora, en cambio, tan solo eres alguien. Alguien que conocí pero que jamás comprendí.

domingo, 7 de octubre de 2012

La chica invisible

He llegado a un punto en el que no sé si estoy caminando en dirección prohibida, hacia delante o hacia atrás. No sé si la herida me pica porque se está curando o porque se está infectando una vez más. Atontada de tanto cambio me quedo mirando fijamente a un punto fijo cada mañana al despertar. He sido estúpida, lo sé. Reacciono ocultando mi cabeza entre las sabanas. Debajo de ellas se respira mejor, en ellas dejo de sentir esa sensación de vértigo hacia lo difícil; los problemas son el peor amigo del hombre. Llamando a mis sueños termino quedándome dormida. Otra mañana echada a perder, que más da. Para las situaciones incómodas nunca  pasa el tiempo suficiente. Da lo mismo que haya pasado un mes como una maldita semana, al cruzar nuestros caminos vuelve el mismo malestar, la misma culpa vuelve a acechar; las mariposas despiertan en su nido y agitan sus alas como locas intentando hacerte ver que ellas siguen ahí esperando tus llamadas de media noche y tus "tengo ganas de verte, ¿cuándo te veré la próxima vez?". Tú sin embargo sin percatarte de mi presencia cruzas la calle. Soy invisible. Soy la chica invisible, la verdad es que no tiene nada de beneficioso. Soy invisible sí, pero sigo siendo una chica. Una chica que lo que más desea es llamar tu atención nuevamente. Tengo tantas historias que contarte. Han sido demasiadas las conversaciones que he mantenido con nuestras estrellas estos últimos meses sobre ti. Madrugadas rascando mis bolsillos, cerrando los bares que frecuentas, mirando de reojo hacía la puerta mientras le pego otro pequeño sorbo al botellín de cerveza. Nada nuevo, ni tu sombra se pasa a verme. No tiene gracia, no me gusta ser la chica invisible, no se me da bien. Y menos si me toca ser tu chica invisible. Prefiero volver a ser ese cigarro, que sacas con tantas ganas de su cajetilla, hacía tus labios. Sí, eso es, quiero ser ese cigarro de antes y después.

viernes, 5 de octubre de 2012

Gastaras suspiros y mataras neuronas


Sumamos miles de momentos mientras deshacemos miles de cabos. Esperamos que la solución aparezca de golpe con ese trago de cafeína, preguntándonos como todas las mañanas “Qué tal fue la noche”. Que un te quiero no suena bien sin un buen ritmo, sin un buen enfoque que te haga saltar, flotar a miles de sonrisas de aquí. Alguien, que no soy yo, te compró miles de te quieros verdaderos; de esos que hacen eco. No te quedan para mi. Un "y yo" los releva en cada frase. Continuamos hablando como si nada ocurriese como si nada hubiese cambiado. Hasta que una tarde decides marchar lejos; sin decir nada me dejas sola una noche de sábado más, en la cama vacía. Una muñeca de playa es la que esta noche te hará compañía en cualquier habitación de motel. Gastaras suspiros y mataras neuronas. La mitad de ellas contenían las sensaciones de esa primera cita, en esa que no te deje llegar a más. Las de la segunda, en la que tus ojos me guiñaron un posible futuro, mientras tus manos me silbaron una bonita canción. Y las de la tercera, aquella que mantengo borrosa aún por aquellos besos bohemios que hicieron que perdiese todos mis papeles. No te enfades por escuchar lo que no consigues pronunciar, todos tenemos imposibles. Algún día la tormenta aminorara, se calmará y dejará al sol brillar en todo su esplendor;  ese día, será el día que venza a mis imposibles. Será el día que confunda, a falta de neuronas, el aroma de tu piel con el de mi antiguo yo. Siento tener que dejarte en este tramo de mi vida, pero me esperan en la parte alta de mi historia y ya llego bastantes meses tarde.