con roncas palabras pronunciadas
por los litros de alcohol
que predominan en tu pronunciación.
No volveré a creer en necias palabras
que ponen voz a cuentos de hadas.
No volveré a pestañear
pensando en tu mirada.
No volveré a llenar mis labios de rojo carmín,
esperando a ser retocados por los tuyos.
No volveré a saber más sobre Soledad,
ya estoy harta, es una embustera

Ella, la única que nunca me pierde de vista.
Tú, el que siempre me suelta la mano
mientras recorremos el mundo sobre el vacío corazón.
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