Era ya tarde, las tiendas
habían cerrado y las farolas alumbraban el sendero. Él sin embargo, caminaba
sin rumbo por las calles peatonales de la zona del parque. Camino durante un
rato sin saber muy bien lo que andaba buscando por la zona. Sentía como si se
le hubiese olvidado algo, algo importante. Estaba dispuesto a pasar toda
la noche caminando hasta que encontrara ese algo que le devolviese la
tranquilidad de cada noche. Pero nada, ni rastro. Cada vez le resultaba más
complicado mantener sus ojos abiertos. Estaba cansado, exhausto. Mario decidió
descansar sentado al regazo del gran árbol. No sabía donde se encontraba pero
era demasiado valiente como para admitir que sus tembleques no eran por la fría
noche. Fue entonces cuando avistó aquella estrella fugaz tan luminosa
y bella. Rápidamente recordó lo que, una vez, su abuelo le contó:
"-Camine sin sentido la mitad de mi vida, en busca
de algo que no sabía lo que era hasta que una noche tu hermosa abuela me sonrío.
Ella fue mi estrella
caída del cielo".
Fotografía encontrada en Google
me gusta. lo encontré por casualidad pero me alegro es muy bonito :)
ResponderEliminar