sábado, 20 de abril de 2013

Todo lo que yo no te cuento te lo cuenta esta poesía.


Y qué sabré yo de ti.
Y qué sabrán ellos.
Que sabrán ellos de ti,
De tu sonrisa mañanera,
De tus cuatro pelos rebeldes
Que gritan libertad por encima de los demás.
Que sabrán ellos del fin del mundo,
Si no te ven como yo te veo,
Infinito.
Capaz de todo, sin apetito de nada.
Un día de estos te comerás el mundo
y dejaré de existir.
Dejaremos de ser, por falta de apetito.
Quedándome con tu saliva en mis labios.
Me morderé el labio, triste mirando como
bombardeas mi alma.
Destruyendo el mundo a bocados.
Trayendo destrucción y amargura.
Visitando a ausencia sin ti.
Seré lluvia cada semana
para tocarte y mojarte.
Para encenderte.
Encontrarte descalzo
Sin mis pies bailando en los tuyos.
Porque bailar se nos daba bien,
si bailábamos amarrados,
al son de un ‘te quiero’ erótico.
En mitad de la Gran Vía, saludando
a cualquier cotilla enamorado.
Enamorado de quién me dirás,
de ti por supuesto.
De tus caminos y tus andares
del cuarenta y cinco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario