La
televisión apagada.
Mis sentimientos guardados en el borrador.
Tú en línea y yo
mojada con los pies fríos y solos.
Sin lluvia, aquí no llueve hasta noviembre.
Con la inspiración entre las manos y a Suarez de fondo cantándome lo poco que
te quiero en cada acorde de guitarra.
No te quiero tanto, es verdad.
Por si te
parece poco, te quiero cada día un poco más.
Por cada miguita de pan que me das
mi hambre aumenta.
Y así, con esta hambre no hay quien duerma.
No hay quien
duerma, ni deje de pensar en ti.
Así que apago el móvil y me pierdo por las
calles de Badajoz.
Ésta ciudad me ha robado tanto tiempo dejándome todo el
espacio del mundo. Es una pésima amante. Peor que tú incluso.
No
te he contado que tengo una lista de ciudades, así como una lista de
ciudades-amantes. Cada ciudad que he pisado o visitado tiene algo de mí, ya
puede ser sentimiento, ropa o accesorio. Mira ahora me entenderás mejor. Barcelona tiene mi llavero -pero no mis llaves-, tiene
algo que podría conseguir robarme toda esta tristeza si le diese la
oportunidad, es una ciudad que debería de volver a vivir. Para juzgarla un
poquito mejor, para darle una segunda oportunidad. Madrid tiene mis ganas de
correr, mis cubiertos; ésta ciudad sé que me dejaría comerme el mundo sin pedir
explicaciones de ¿por qué te lo comes sola? simplemente ella me miraría y me
apartaría el pelo cuando tuviese que vomitar por comer demasiado y demasiado
deprisa –o por las decepciones que tuve que tragar al arriesgarme tan deprisa-.
Donosti tiene mi sujetador con mi corazón en el aro izquierdo;
es mi príncipe de mar, calle y montaña, me despeina y me rompe paraguas y me
moja con sus olas, pero al mismo tiempo me regala paz, tranquilidad y unas
enormes ganas de soñar de puntillas. De puntillas, por encima de mis
posibilidades actuales. Es mi ciudad-amante número uno. La que siempre ha
estado ahí, y con suerte, siempre estará. Deberías de pasearte por ella,
dejarte llevar, perderte y terminar entre la arena de la Concha, haciendo
magia, hablando con ella, dejándote ayudar y ayudándola a conocerte.
Tengo
otras cuantas ciudades pero esas tres son las tres que me gustaría presentarte
algún día. De la mano.
Hola Laura, me gustó mucho tu relato, sobre todo cuando hablas de las ciudades, lo que sientes por cada una,
ResponderEliminarestá escrito con imágenes muy buenas y poéticas.
No alcanzo de entender cómo enlazar la primera parte con la segunda. Hay un "él" y está presentado como un poema,
después, sin transición, pasas a lo que cada ciudad representa para vos.
Quizás deberías agregar algo más para hacer la transición. Es sólo una sugerencia.
Un gusto conocerte.
Besos.
Muchísimas gracias por pasarte y por dejarme tu opinión. La verdad es que esta entrada forma parte de una pequeña historia que estoy escribiendo, poco a poco iré publicándolas y así podrás enlazar la primera y segunda parte. Me alegro mucho de que te haya gustado. Espero volver a leerte pronto, un beso.
EliminarMadrid y Barcelona son maravillosos lugares :)
ResponderEliminarSigo tu precioso blog y espero que hagas lo mismo con el mio www.gabusiek.blogspot.com
Un beso grande
Sí lo son. Muchas gracias por pasarte yo también te sigo :) espero verte más por aquí. Un beso
EliminarHolaa!!! ^^
ResponderEliminarTienes un premio en mi blog, pásate cuando puedas!!!
Un beso! ;)
http://myworldlai.blogspot.com.es/
Hola Silvia Soñadora,
ResponderEliminarMe pusiste un comentario en mi blog y hasta hoy no he podido entrar en el tuyo.
He leído esta historia y me ha encantado, parece que tienes un bolígrafo mágico que hace las palabras preciosas.
Un beso
Muchas gracias por pasarte, me encanta que te haya gustado espero verte más por aquí :)
EliminarLas palabras son las que hacen mi vida preciosa. ^^
Un beso